Universidad Estatal de Bolívar
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La Educación Superior en la virtualidad
La universidad prevé volver a una nueva normalidad que reconozca un cambio en las funciones sustantivas de las Instituciones de Educación Superior: la Gestión Académica, de Investigación, Vinculación; también, en la gestión administrativa- financiera.
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El primer desafío que debe asumir la academia, en su interior, es la decisión de optar nuevas modalidades de enseñanza superior. La modalidad híbrida se ha propuesto desde los órganos de vigilancia y control de la educación superior. Varias consideraciones deben tomarse en cuenta; en primer lugar, la falta de acceso al internet en Ecuador es una necesidad que debe solventarse. La articulación con los órganos responsables de la conectividad es importante. El Estado debe jugar el papel que le corresponde y asegurar que, hasta en el lugar más alejado del país, cualquier ciudadano pueda acceder a la red. La empresa privada también debe contribuir con este fin.
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Sea que se opte por la modalidad híbrida o que las condiciones permitan volver a la presencialidad la educación superior ya ha evolucionado y lo ha hecho con un solo camino: la era digital. La inteligencia artificial, el internet de las cosas, la realidad virtual, la telemedicina y el big data han llegado para quedarse.
Adicionalmente el proceso de evaluación estudiantil, autoevaluación y aseguramiento de la calidad de la educación deben adaptarse a los nuevos escenarios. La Universidad no puede sacrificar la calidad educativa por ello mantiene activos estos procesos. Ello garantiza el cumplimiento de estándares fijados por los órganos de control, también que los profesionales que formamos obtengan los conocimientos necesarios al momento de su egreso. Algunas carreras han ganado realce en estos últimos tiempos y lo seguirán haciendo: Medicina, Enfermería, Gestión de Riesgos, Administración, Software. Algunas ingenierías seguirán aportando al cambio de la matriz productiva y la academia debe fortalecerlas.
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Lo académico no puede estar alejado de la investigación. Con algo de experiencia, podemos decir que este componente ha llegado a estándares importantes para el período de post pandemia. El único laboratorio universitario acreditado para procesar pruebas COVID en el centro del Ecuador, está ubicado en la Universidad Estatal de Bolívar. Caminamos hacia la universidad que queremos, enfrentado una enfermedad que ha producido más muertes que cualquier guerra. La academia ha enfrentado esta batalla desde la arena científica-técnica.
Por otro lado, la investigación en artes y humanidades es un compromiso que se debe asumir. La contemplación de las bellas artes debe encaminarse a su aprendizaje, a su goce y a la construcción de una identidad que permita vincularnos en esta nueva realidad. Este tema no es menor, puesto que ya se ha hablado y debatido en la academia que la tecnología trae consigo procesos de alienación social y de ostracismo social, principalmente en los más jóvenes. Además, una sociedad con una identidad cimentada permite que la sociedad camine hacia un mismo horizonte, mantenga objetivos comunes en las que los actores de toma de decisiones deben fundamentarse.
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El fin último de la academia es lograr que el conocimiento adquirido pueda aplicarse en la práctica. Sin embargo, la universidad también ha sido afectada por las crisis. La escasez de recursos en el Estado ha significado un conjunto de recortes presupuestarios que limitan el avance de la misma. El nuevo reto que plantea la Universidad es lograr cooperación y financiamiento internacional. El aparato administrativo- financiero de las IES deben vincularse con los académicos para generar propuestas planificadas y materializadas en proyectos que contribuyan a mejorar las condiciones económicas, no de la universidad.
Dr. Arturo Rojas, rector de la UEB
Caricatura
Por: Xavier Bonilla
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